Finalmente, después de un mes de trabajo
he finalizado la obra “PAISAJE TEXTIL”.
Cuando daba los últimos puntos del tejido
sentí una profunda sensación de nostalgia, ya llegaba el fin. Cuando me
involucro en algo que requiere creatividad, siento que estoy viviendo más
plenamente que el resto de los días.
Cuando trabajo en proyectos que me
apasionan, me fortalezco, me empodero y siento que lo que quiero es posible de
lograr, aun si es difícil.
Cuando hago lo que me gusta, la sensación
del tiempo desaparece, y desaparezco yo también, me siento parte de algo mucho
mayor. Me da amplitud, liviandad.
Realizar este trabajo fue una gran experiencia, en
cuanto a pequeños detalles y situaciones que se fueron dando a lo largo de mis
días montada en la escalera, viendo a la ciudad moverse al compas del tejido.
Me conmovía ver gente que se detenía a
mirar, hacia fotos, volvía más tarde con otra persona, me hacían preguntas,
me ofrecía dinero para que comprara mas material ,etc.
-Por que lo hace?, me preguntaron en varias oportunidades.
-Porque me gusta, porque es una de las formas con que me expreso. Hay gente que hace música, toca instrumentos, otros pintan, crean bellísimas esculturas, recitan poemas, son bailarines, nos maravillan con la fotografía, etc
Yo me expreso a través de lo textil.
Una vez que la obra sale a la calle y entra en
contacto con la gente, toma vida propia, mueve hilos invisibles, genera
sentimientos y sensaciones en quienes la ven. Se desprende de uno y juega con
los demás.
Mi obra tiene dos elementos que la
caracterizan. Paciencia y tiempo.
Las personas que trabajamos en lo manual,
estamos acostumbradas al trabajo lento, que crece día a día, en donde se hace y
a veces se deshace y que lleva implícita la paciencia. Pero no la paciencia de
sentarse a esperar, sino la de construir a ritmos apacibles.
El tiempo es el bien más preciado y
codiciado en nuestra sociedad, por eso creo que poner “tiempo” a una obra, es
ponerle valía, hacerla potente.
Es creer y confiar en un proceso que se irá
ajustando a múltiples variables, pero que es intransferible y endemoniadamente
propio.
Cuando la idea de realizar el tejido me
revoloteaba en la cabeza, viaje a argentina un largo tiempo. Allí me empape de
imágenes de diseño propias de la cultura latinoamericana, muy diferentes a la
europea.
Fue cuando sentí que podía hacer una
fusión. Tomar las guardas mapuches e incaicas y fusionarlas con las puntillas
de encaje de bolillos, típicas del legado cultural balear.
El primer punto fueron los colores y el
segundo la simetría cuadricular.
Me llevo tiempo armar y componer los
esquemas, para que hubiera un equilibrio, porque la superficie a trabajar tenia grandes dimensiones, 25 metros de largo por 1,5 m de alto.
El material con el que realice el tejido,
se llama trapillo. Es un material de reciclaje. Son bobinas que se obtienen con
los sobrantes industriales de las telas de algodón.
Aquí, algunas fotos de la evolución de la obra :
Enhorabuena,que maravilla de trabajo has realizado. Ojala pudieramos vestir la ciudad con mas obras como estas.Un abrazo.
ResponderEliminarRealmente creo que revolucionaste el lugar!!!Que bueno, que bello!! Felicitaciones, Silvina.
ResponderEliminarque se puede decir de SILVINA MOSCHINI...solo y na mas que es una GENIA......FELICITACIONES COMO SIEMPRE.. LILIAN LIVONO
ResponderEliminarque se puede decir de SILVINA MOSCHINI..solo y nada más..que es una GENIA EN TODO LO QUE HACE..FELICITACIONES... lilian livono
ResponderEliminar